REINVENTARTE?
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Nuevo emprendimiento en salud
Después de dos años en paro, Merche había llegado al límite.
Estaba muy cansada.
Cansada de pasarse los días en casa, de sentir que su vida profesional estaba en dique seco.
“Tengo que hacer algo. Necesito darle un giro a esta situación”, se decía.
A lo largo de esos dos años había empezado a soñar con ideas que antes ni se le pasaban por la cabeza: cambiar de trabajo, reinventarse, incluso emprender con un negocio propio…
Pero cada vez que se veía en el espejo, las dudas regresaban.
Porque la imagen que le devolvía la mirada era la de una mujer de más de 40 años.
Una imagen que no encajaba para nada con el perfil de emprendedor que Merche conocía.
Por eso había seguido tratando de encontrar un nuevo puesto de trabajo. Pero el tiempo pasaba y ese empleo no llegaba nunca. El miedo a quedarse estancada cada vez pesaba más que la edad.
Hasta que llegó un día en el que, cuando se miró al espejo, decidió que no iba a seguir esperando más tiempo.
Tenía que tomar las riendas y recuperar el control de su vida.
Pero… ¿Cómo exactamente?
…
Por si te lo estás preguntando, sí. Merche es una persona real. De carne y hueso.
Y esta que te hemos contado era su situación unos meses atrás: en paro desde hacía 2 años, sintiéndose estancada y pensando cómo podía darle un giro a su vida, pero con su edad como el principal obstáculo.
La misma situación en la que posiblemente te encuentres tú ahora mismo.
Pero habrás notado que al contarte la historia de Merche, hablamos en pasado, ¿verdad?
Eso es porque Merche consiguió salir de esa situación y encontrar su camino. E igual que ella, tú también puedes hacerlo.
Luego te contaremos cómo lo hizo Merche, pero antes…
Vamos a responder esa pregunta que te está rondando la cabeza. 😉
Índice de contenidos del artículo:
Si estás aquí es muy probable que tu caso sea uno de estos tres:
Sea cual sea tu caso, el resultado es el mismo.
Has decidido que es el momento de darle un giro a tu vida. Que quieres aprovechar esta coyuntura para emprender y encontrar algo que te haga sentir realizado.
Pero claro ¿cómo puedes hacer eso con 40 años? Te parece algo imposible.
Bueno, vamos a darte una muestra de que no lo es.
Hay una razón por la que conocemos tan bien la historia de Merche, y es porque ella misma nos la ha contado (bueno, y porque formamos parte de ella).
Y es que se trata de una alumna del máster de Optimizer Manager.
Merche nos conoció porque vio un anuncio en Facebook para apuntarse a la 1ª edición de la Semana #GánateLaVidaConGoogle, el entrenamiento gratuito que lanzamos.
Y en ese entrenamiento vio la oportunidad de reinventarse como Optimizer.
Hoy Merche ya es una Optimizer Manager y tiene sus propios clientes (los consiguió antes incluso de haber acabado el máster).
Pero para llegar hasta ahí tuvo que hacer frente a muchísimas inseguridades:
Dudas que seguramente se parezcan mucho a las tuyas.
Pero la cuestión es que, al igual que Merche las superó, tú también puedes.
¿Listo para coger las riendas? 😉
Pues vamos allá.
Cambiar de trabajo con 40 años no es lo mismo que hacerlo con 20.
Ahora tienes más obligaciones, una vivienda que pagar y posiblemente una familia. Además, hace mucho tiempo que dejaste de estudiar. Y claro, es meterte en la cama y vuelven esos pensamientos de siempre:
“Pero cómo voy a embarcarme en esto ahora, con las cosas como están”.
“Sí, si yo me siento joven, pero ponerme a estudiar otra vez… Ufff”.
“A ver, no es que me levante con unas ganas locas de ir a trabajar, pero ¿quién sí? Por lo menos cobro más de 1.000 €, que ya es algo”.
Y si no te lo dices tú, ya se encargará tu entorno (tu familia, tu pareja, tus amigos) de recordártelo.
Pero todo eso son solo creencias limitantes.
Miedos que te hacen vacilar y que pueden convertirse en un obstáculo para alcanzar la vida que quieres.
Así que lo primero que debes hacer, al igual que Merche, es romper con ellos.
Asume que esos miedos van a seguir contigo mucho tiempo, pero no dejes que se conviertan en una excusa para quedarte parado.
Sabemos que esto no es nada fácil, pero tranquilo porque vamos a darte algunas herramientas.
O dicho de otra forma: piensa en lo que quieres conseguir.
Por ejemplo, quizá tu objetivo al reinventarte sea:
Ante todo, visualiza esa meta.
Y cuando la tengas, te recomendamos que la apuntes en algún lugar donde vayas a verla a diario. En la puerta de la nevera, en un postit en tu ordenador, donde sea.
Pero mírala todos los días para recordarte adónde quieres llegar y por qué estás haciendo esto.
Te parecerá algo muy tonto, pero este simple ritual es una vacuna superefectiva contra los miedos. 😉
Vale, pongamos los pies en la tierra.
Todo esto de reinventarse suena muy bien, pero uno no puede dejar su trabajo (si tiene la suerte de conservarlo) así por las buenas y lanzarse a montar una empresa.
A fin de cuentas las facturas hay que seguir pagándolas, ¿verdad?
Por eso te recomendamos que, si puedes, te crees un colchón de seguridad antes de lanzarte.
Un fondo económico que cubra tus gastos de entre seis meses y un año.
Así, si las cosas no te van bien, tendrás un depósito suficiente para mantenerte y no abandonar a la primera de cambio.
Nota: a veces puedes emprender mientras sigues ahorrando. Por ejemplo, muchos emprendedores montan su negocio compaginándolo durante un tiempo con su empleo. Y cuando ven que la cosa va bien, dejan el trabajo.
Esta es la parte que suele costar más.
Porque tener claro que quieres cambiar de vida está muy bien… el problema está en cómo hacerlo.
Y aquí nuestra recomendación es que no te autolimites.
Es decir, no pienses que debes quedarte en lo que ya conoces. Merche, por ejemplo, no tenía ni idea de SEO ni de SEM antes de conocernos, pero eso no le impidió convertirse en una excelente Optimizer Manager.
Ante todo busca algo que:
Vale, pero ¿qué ocurre si esa idea que tienes en mente es algo que no dominas en absoluto?
Pues ahí es donde entra el siguiente punto.
A veces “reinventarse” significa dar un giro de 180º.
Y eso da miedo.
Sobre todo porque, como decíamos, tú hace ya mucho tiempo que dejaste de estudiar. Tu trabajo actual lo dominas. Pero esa nueva idea sobre la que has pensado emprender, no.
Lo que implica que debes volver a formarte.
Esto era una de las cosas que más frenaba a Merche. Tenía miedo de no ser capaz de aprovechar la formación, de adaptarse a tanta terminología nueva.
Y ojo, no te vamos a decir que le resultara fácil.
Pero Merche tiene una enorme energía, y no estaba dispuesta a dejarse vencer. Así que se puso las pilas y a las pocas semanas de entrar en el máster ya dominaba los conceptos básicos.
Aquí nuestro consejo es sencillo.
Elijas el campo que elijas, busca una formación que sea profunda.
Una que vaya más allá de los conceptos básicos y que te dé un método paso a paso para aprender eso en lo que quieres formarte.
Y si está tutorizada mucho mejor, porque así, si tienes dudas tendrás a alguien que te oriente.
Supongamos que ya tienes una idea base y los conocimientos mínimos necesarios para montar tu negocio.
Ahora solo puedes hacer una cosa: dar el paso.
Te lo decimos porque es muy habitual que llegados a este punto:
Cuanto más lo postergues, más te costará dar el paso y lanzarte.
Merche lo tenía claro, y por eso empezó a buscar clientes cuando ni siquiera había terminado la formación. Lo que aprendía en el máster lo aplicaba con ellos para mejorar sus estrategias online.
Así aprendió mucho más rápido (además de que nos tuvo a nosotros para orientarla con esos primeros proyectos).
Y lo mejor es que ganó muchísima experiencia real, que es lo que de verdad necesitas cuando estás empezando.
Llevamos todo el post hablándote de Merche Medina y de su experiencia.
Pero ¿sabes qué?
Que quizá prefieres que te la cuente ella misma.
Ahora solo queda una pregunta:
¿Vas a seguir pensando que eres demasiado mayor para reinventarte… o vas a seguir los pasos de Merche y a llevar la vida que de verdad quieres?
La respuesta depende solo de ti.
Y por cierto, si tienes curiosidad por saber más sobre la profesión del Optimizer Manager y el máster que cursó Merche, tienes toda la información aquí.
Ahora mismo las inscripciones están cerradas, pero puedes apuntarte a la lista de espera y así, cuando las volvamos a abrir, serás el primero en enterarse.
Quién sabe… quizá el camino para reinventarte y sentirte realizado esté a simple un clic de distancia. 😉
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