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Cuando pensamos en un “emprendedor”, a la mayoría nos viene a la mente una imagen parecida.
Creemos que el emprendedor es una persona:
Es decir, todas esas cualidades que tú crees que te faltan.
Y por eso mismo no te has atrevido a emprender todavía. En lugar de eso, sigues haciendo un trabajo que no te llena, consumiendo todo tipo de formaciones para reforzar conocimientos y esperando la “oportunidad perfecta”.
¿Te ves reflejado con esto que estamos diciendo?
Pues déjanos decirte que la realidad es muy diferente a esa imagen que tienes en la cabeza ahora mismo.
Por eso, en este post te vamos a contar cómo ser un emprendedor (uno de verdad), y el sistema que debes seguir para convertirte en uno de éxito, incluso sin ser un genio creativo como Steve Jobs.
¿Te interesa? Pues prepárate, porque empieza la aventura (empresarial). 😉
Índice de contenidos del artículo:
Antes de nada, empecemos por romper algunos mitos.
Para ser un emprendedor no necesitas:
Y desde luego, tampoco te hace falta haber nacido con un espíritu emprendedor. Eso se va forjando por el camino. 😉
Si de verdad quieres emprender, te dará mucho mejor resultado seguir estos pasos que vamos a darte.
“Para cualquier emprendedor: si quieres hacerlo, hazlo ahora. Si no lo haces te vas a arrepentir” – Catherine Cook.
Catherine Cook es la cofundadora de MyYearbook, una red social dirigida a estudiantes de instituto que creó con 15 años junto a su hermano y que cosechó muchísimo éxito (de hecho, la vendieron por unos 100 millones de dólares).
El consejo de esta joven emprendedora parece simple, pero encierra un mensaje poderosísimo: simplemente, hazlo ahora.
Y te hacemos hincapié en esto porque lo hemos visto bastantes veces.
Personas con muchísimas ganas de lanzarse y montar su propia empresa, pero que nunca se atreven. Y en el fondo lo que les frena es su propio miedo a emprender (del que ya te hemos hablado en otro post).
Lo sabemos. Sabemos que dar ese primer paso da miedo.
Pero también sabemos que por muchos cursos que hagas y por mucho que esperes, esas dudas no van a desaparecer solas. Por eso, el mejor consejo que podemos darte es que lo hagas.
Porque entonces te darás cuenta de que dar el segundo paso no es ni la mitad de difícil que el primero, y así sucesivamente.
Fíjate si esto es importante que incluso podríamos dejar aquí el post y saltarnos todo lo demás.
Pero tranquilo, que no te vamos a dejar así. 😉
No sin antes haberte dado algunas herramientas para convertir ese “No lo veo claro” que te ronda la cabeza en un firme “Sí, lo voy a hacer”.
Una cosa es lanzarte al vacío, y otra muy distinta hacerlo sin un paracaídas que te permita aterrizar sano y salvo.
A pesar de lo que creas, los buenos emprendedores no se dedican a darle rienda suelta a la imaginación hasta dar mágicamente con una idea de negocio millonaria.
En lugar de eso, escuchan.
Escuchan al mercado, analizan las necesidades del público al que quieren dirigirse. Y también estudian la competencia que se van a encontrar en su sector.
Hacer todo esto te permitirá:
Ahora que tienes claros todos estos puntos, es el momento de dar el siguiente paso. 😉
“Sí, ya casi voy a lanzar mi empresa. Solo necesito darle unos retoques a mi web”.
¿Sabes cuántas veces hemos oído esta misma frase?
Futuros emprendedores que se pasan meses y meses creando su web, cambiando los colores, los textos dándole vueltas al logo… Porque quieren salir al mercado con una web “perfecta”.
Pero cuando estás empezando, eso no es lo importante.
Durante los primeros meses te bastará con tener una web decente que refleje lo que haces. Incluso una One Page te puede servir para captar tus primeros clientes (aunque no es lo más recomendable para el SEO).
Luego ya habrá tiempo de darle un repaso al diseño y a los textos de tu web para hacerlos más profesionales.
Como se suele decir, “Mejor hecho que perfecto”. 😉
Un error típico entre los emprendedores primerizos (y entre los no tan primerizos) es querer llegar “a todo el mundo”.
Piensan que cuanto más público abarquen, más posibilidades tendrán de captar clientes y también mayores ingresos. Y la realidad es que suele ser al revés.
En muchos casos, la mejor forma de destacar es especializarte en un sector o en un servicio concreto.
Hay varios motivos.
Lo habitual es especializarte como freelance para un sector (por ejemplo, diseñador especializado en e-commerce), pero no es la única opción.
Además, también puedes hacerlo por servicios.
Por ejemplo, muchos de los emprendedores que se están formando como Optimizer Managers en nuestra escuela son diseñadores y programadores web que quieren ofrecerles a sus clientes una estrategia de ventas completa, y así dejar de ser “profesionales del montón”.
De esto hemos hablado por encima en el punto anterior, pero merece una mención aparte.
Cuando estás empezando, sientes la tentación de ofrecer todo tipo de servicios.
Por ejemplo, retomando el ejemplo del diseño web, algunos de tus clientes también te pedirán que:
Un todo en uno.
Cuidado con eso, porque hacer de todo significa implica ofrecer un nivel mediocre.
Antes que eso es mejor centrarte en un único servicio, pero hacerlo con la mayor calidad posible. De esta forma podrás aumentar tus tarifas y conseguir más ingresos trabajando menos horas (es decir, aumentar tu calidad de vida).
Hacer cursos y formaciones es necesario para mantenerte actualizado, y algo que probablemente tengas que hacer durante toda tu carrera como emprendedor.
El problema viene cuando esos cursos son una excusa para posponer el momento de lanzarte, porque piensas que no estás “lo bastante preparado”.
Ahí, de nuevo es tu miedo a emprender el que habla.
Si de verdad quieres que la formación sea un resorte que te ayude a lanzar tu negocio con más seguridad y no un obstáculo para hacerlo, hay dos consejos que podemos darte:
En este sentido, las formaciones que realices deben ser lo más prácticas posibles.
Por ejemplo, nosotros tenemos en marcha un workshop 100% gratuito dirigido a todas aquellas personas que quieren aprender a utilizar Google para captar clientes (la base del trabajo de un Optimizer Manager).
Las lecciones están diseñadas de una forma muy práctica, para que seas capaz de aplicar desde el minuto 1 los consejos que te damos.
Vamos a acabar este post con un último consejo.
Si quieres ser emprendedor, piérdele el miedo a cometer errores.
Porque errores va a haber. Y muchos.
Todas las personas que montan un negocio cometen fallos (nosotros también tenemos unos cuantos a nuestras espaldas, te lo podemos asegurar).
Pero fallar no necesariamente significa fracasar.
Si vas con la mentalidad de aprender de todos esos errores, y además pones en práctica los consejos que te hemos dado en esta lista, puedes estar seguro de que el emprendimiento será un camino con el que acabarás disfrutando.
¿Te animas? 😉
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