Vamos a empezar este post hablándote de un momento muy importante para nosotros.
La primera vez que nos pidieron que diseñásemos una web.
Eso fue hace unos 12 años, cuando el mundo online en general aún estaba en pañales y éramos muy pocos los que nos dedicábamos a esto.
En nuestro caso, empezamos en el mundo del SEO creando blogs de diferentes temáticas con Blogger (fue la plataforma con la que arrancamos, WordPress llegaría después).
Hasta que un día, un conocido nos pidió que le hiciéramos una web corporativa.
Siendo sinceros, no supimos qué decirle. Nunca habíamos hecho nada así y nuestros conocimientos de diseño web se basaban en lo que habíamos aprendido por nuestra cuenta. Y surgió la vocecilla:
“No lo hagáis porque va a quedar mal, y luego esta persona se va a sentir decepcionada”.
La verdad es que dudamos mucho. E incluso hablamos con esta persona para explicarle que no éramos diseñadores profesionales. Sin embargo, insistía en que siguiéramos adelante.
Pero la vocecilla no te pienses que se callaba.
Ahí seguía erre que erre.
¿Qué hicimos?
Cobrarle una precio simbólico y hacer el trabajo.
Ese fue el primer trabajo que tuvimos hasta hoy. Hasta hoy que tenemos una agencia de SEO y diseño con un equipo detrás, y hasta hoy que tenemos una escuela para que otras personas puedan también crecer como profesionales.
Vaya cambio, ¿no?
Porque resultó que esa voz se equivocaba.
Aunque tuvimos que documentarnos y probar mucho, en realidad diseñar una web no era algo tan imposible como nos parecía al principio. De hecho, nuestro cliente acabó bastante contento con el resultado final.
En ese momento no lo sabíamos, pero acabábamos de asestarle el primero de muchos golpes a nuestro síndrome del impostor.
Y es que en estos años eso nos ha ocurrido muchas otras veces.
«¿Estaremos suficientemente preparados?».
«¿Y si fallamos?».
«Es que hasta ahora hemos tenido mucha suerte».
Porque para el síndrome del impostor nunca es suficiente. Nunca vas a ser lo suficientemente bueno. Nunca vas a haber hecho bastantes méritos.
Este síndrome es terrible en muchas ocasiones porque no quiere que avances. Busca que te sientas muy pequeño y no te atrevas a avanzar. De hecho, no son pocas las veces que hemos visto a otros compañeros pasarlo mal por esto.
Por eso en este post te queremos hablar de qué es esto del síndrome del impostor y cómo enfrentarte a él. Y es que antes o después te va a tocar lidiar con este «fantasma» y plantarle cara en tu carrera como emprendedor.
Ponte los guantes de boxeo porque hoy te subes al ring.
Y el problema es que no siempre es fácil saber que lo tienes.
Porque en muchos casos, esa sensación de que eres un fraude se camufla con tus otros miedos como emprendedor (totalmente normales y más fáciles de superar).
Así que vamos a hacer una prueba.
Estos son algunos de los síntomas habituales del síndrome del impostor.
Léelos y dinos si te identificas con ellos:
Te cuesta aceptar cumplidos por tu trabajo.
Piensas que tus éxitos han sido cuestión de suerte.
Le quitas importancia a tus logros.
Cada dos por tres tienes al “Pepito Grillo” recordándote tus errores pasados.
Eres incapaz de dejar un trabajo hasta que no está “absolutamente perfecto”.
Y aun así, cuando le entregas un trabajo a un cliente estás convencido de que te lo va a rechazar.
Si a la mayoría has respondido con un “Sí” o un “A veces”es muy probable que tengas esa vocecita susurrándote en la oreja, aunque hasta ahora ni te hubieras dado cuenta
Pero no te preocupes, porque la vamos a echar ahora mismo. 😉
✅ 6 consejos para superar el síndrome del impostor (y empezar a disfrutar de tu vida como emprendedor)
Si bien existen tratamientos para el síndrome del impostor, es muy raro que llegues a necesitarlo.
En la mayoría de los casos, lo único que te hace falta es desarrollar el mindset adecuado para ponerle la mordaza a Pepito Grillo y que deje de molestarte mientras trabajas. 😉
Aquí tienes algunos trucos que, desde nuestra experiencia, te ayudarán a hacerlo.
👉 1. Ponles nombre a tus miedos
Lo primero para pararle los pies al síndrome del impostor es identificar todas esas pequeñas dudas que tienes y tratar de racionalizarlas.
Por ejemplo:
¿De verdad necesitas formarte más, o lo que te hace falta es poner en práctica lo que ya sabes?
¿Tan grave es ese error que has cometido en tu último trabajo o se puede solucionar?
¿Ese encargo que estás haciendo quedará “perfecto” si lo repasas una y mil veces, o es mejor entregarlo y que el cliente te dé su feedback?
Si lo piensas, te darás cuenta de que muchos de esos miedos que tienes no están realmente justificados, sino que son tus inseguridades las que hablan.
Ojo, eso no significa que tengas que entregar un trabajo de poca calidad, o que te lances a ofrecer servicios de SEO sin saber siquiera lo que es una palabra clave.
Pero en la mayoría de los casos, lo que te está frenando es tu inseguridad, no tu incapacidad.
En muchos casos, la mejor forma de aprender a hacer algo es, simplemente, hacerlo.
Por ejemplo, nosotros ni por asomo nos veíamos capaces de diseñar una web hasta que un cliente real nos lo pidió. Y si en ese momento no le hubiéramos dicho que sí (si le hubiéramos hecho caso a nuestro síndrome del impostor), quizá todavía lo creeríamos.
Sabemos que dar ese primer “Sí” asusta. Pero desde nuestra experiencia te decimos que, si es algo que de verdad quieres hacer, lo mejor es que lo intentes.
Y seguro que con el siguiente punto de esta lista te será un poco más fácil. 😉
👉 3. Sé honesto con tus clientes
Nosotros fuimos sinceros desde el principio. Nunca habíamos diseñado una web y así se lo dijimos al cliente.
Pero él nos pidió que lo hiciésemos de todas formas.
Eso nos quitó un peso de encima, porque sabíamos que el cliente era consciente de nuestras limitaciones y que el resultado no iba a ser el mismo que el de una agencia profesional.
Por eso te aconsejamos que si estás empezando y no tienes mucha experiencia, lo digas abiertamente.
Habrá algunos clientes que preferirán buscar a otro profesional, pero te aseguramos que también habrá muchos que te den un voto de confianza.
👉 4. Acepta que puedes cometer errores
Lo sabemos, no es fácil.
Aunque lleves 10 proyectos exitosos seguidos, de pronto el número 11 sale mal y el cliente acaba insatisfecho.
Y el Síndrome del Impostor vuelve al ataque para recordarte que “no vales para esto”.
Pero no es cierto.
Recuerda que tú no eres perfecto, y que como profesional también puedes cometer errores. Incluso los mayores referentes de cualquier sector se equivocan de vez en cuando.
Lo importante es cómo afrontes ese error. Si dejas que te supere o si lo usas como un escalón para aprender y seguir creciendo.
👉 5. Haz una lista de tus logros
Una buena manera de afrontar tus errores es llevar un registro en una libreta (o en un documento de Word) de todos los proyectos que hayas terminado con éxito y del feedback positivo que te haya dejado cada cliente.
Así, cada vez que te entren de nuevo las dudas, podrás repasar esos apuntes y recordarte a ti mismo que eres un auténtico profesional.
Además, te servirán como casos de éxito en un futuro. 😉
👉 6. Formarte sí, pero con un objetivo a corto plazo
Hacer cursos puede llegar a convertirse en una auténtica obsesión.
La formación es fundamental (te lo mencionamos ya cuando hablamos de nuestros libros para emprendedores favoritos), pero aún más importante es que pongas en práctica lo que aprendas.
Incluso contigo mismo.
Por ejemplo, a los alumnos que se están formando como Optimizer Manager en nuestra escuela les recomendamos que apliquen en sus propias webs lo que van aprendiendo de SEO y SEM.
Porque cuando se dan cuenta de que son capaces de utilizar Google para captar sus propios clientes, se sienten mucho más seguros a la hora de ofrecer ese mismo servicio.
✅ ¿Listo para empezar a valorarte como profesional y enterrar el Síndrome del Impostor?
Sabemos que superar el síndrome del impostor no es algo rápido.
Pero ya has visto que hay salida.
Que puedes llegar a sentirte realizado como profesional en tu sector y aceptar encargos de clientes con la confianza de que van a quedarse satisfechos con tu trabajo.
Y el primer paso es poner en práctica todo lo que te hemos contado en este post. 😉
Creativa y apasionada de la tecnología y el marketing online. Me encanta poder ayudar a las PyMEs en su camino hacia el éxito. Construyo estrategias de Marketing para pequeñas y medianas empresas.
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