Deja que lo adivinemos.
Llevas mucho tiempo pensando en crear tu propio negocio.
Tienes en mente una idea que al principio solo era eso, una idea. Un pensamiento.
Pero con el tiempo se ha convertido en algo distinto. Algo que no para de rondarte la cabeza y que incluso, con un poco de suerte, crees que podría convertirse en un negocio de verdad.
Uno en el que seas tú quien toma las decisiones, libre de jefes y de horarios.
Pero… aquí viene la temida pregunta.
¿Y si en realidad no tengo madera de emprendedor?
Porque ganas no te faltan, eso está claro. Lo que te frena es el miedo a pegarte un buen batacazo.
Tranquilo, que es normal. Y en parte es porque nos han vendido una imagen del espíritu emprendedor que tiene bastante poco que ver con la realidad.
Te lo decimos por propia experiencia después de más de 12 años al frente de nuestra agencia, pero también por la de los alumnos que han pasado por la escuela.
De ahí este post.
Aquí te vamos a contar lo que significa de verdad ser un emprendedor.
Léelo con mucha atención porque lo mismo resulta que ya cumples con las cualidades necesarias para montar tu propio negocio y ni siquiera lo sabías. 😉
¿Listo?
Pues arrancamos.
Índice de contenidos del artículo:
✅ 7 claves para entender qué es el espíritu emprendedor
Esto ya lo hemos dicho alguna vez, pero es que no nos cansamos de repetirlo.
Hay muchas personas que tienen una idea muy equivocada de lo que significa ser un emprendedor.
Así que vamos a empezar por despejar un poco esa imagen mitificada.
Un emprendedor:
- NO es una persona con olfato para las ideas de negocio millonarias.
- NO es un vendedor nato (salvo excepciones, la mayoría hemos tenido que aprender a vender sobre la marcha).
- NO es alguien inmune al miedo.
- NO es un perfeccionista (luego entenderás por qué decimos esto).
- NO es una persona que solo “ha tenido un golpe de suerte”.
Queda claro el concepto, ¿no?
Pues ahora sí, vamos a ver cuáles son en realidad las bases del espíritu emprendedor.
👉 1. Te apasiona lo que haces
¿Puedes crear un negocio en un sector que dé mucho dinero, aunque para ti sea aburridísimo?
Por poder claro que puedes.
Ahora, que consigas establecerte con él y hacer que crezca… eso ya está más complicado. 😉
Ser emprendedor significa trabajar. Trabajar mucho.
Y sobre todo los primeros meses.
Cuando acabas de plantar la semillita de tu negocio, tienes que dedicarle muchas horas al día para:
Entre una cosa y otra, lo normal es que al principio el trabajo acabe ocupando gran parte de tu día (luego la cosa se equilibra bastante, tranquilo).
¿Cómo aguantar semejante ritmo?
Haciendo algo que te ilusione y teniendo claras tus metas. No hay otra.
👉 2. Primero actúas, luego analizas
Como futuro emprendedor, el perfeccionismo puede ser uno de tus mayores enemigos.
¿Por qué?
Porque puedes tener la tentación de pasarte meses y meses «mejorando» tu idea. Siempre hay:
- Otro estudio sobre nuevas tendencias de mercado que leer.
- Otra charla sobre emprendimiento a la que asistir.
- Otro libro más para aprender a crear un negocio rentable.
Y lo curioso es que cuanto más te informas, más dudas te entran sobre si la idea que tienes en mente es realmente viable.
Antes de que te des cuenta habrás caído en la trampa de la famosa parálisis por análisis.
Ojo, eso no significa que tengas que lanzarte a emprender a ciegas. Lo que queremos decirte es que es suficiente con tener:
- Una propuesta de negocio básica.
- El perfil general del público al que quieres dirigirte.
En cuanto tienes esos dos elementos, la única manera de saber con seguridad si esa idea se puede convertir en un negocio real es validarla.
Te lanzas al mercado, empiezas a ofrecer tus servicios y mides la respuesta del público.
¿Que tus posibles clientes muestran interés? Perfecto, pues sigues adelante.
¿Que no?
No pasa nada: a partir del feedback que recibas modificas la idea inicial y vuelves a la carga.
Esto está muy relacionado con el siguiente punto.
👉 3. El miedo a equivocarte no te frena
Te decíamos que un emprendedor no es un temerario.
Cualquier persona que quiera montar un negocio, sin excepción, tendrá que pelearse alguna vez con uno de estos “amiguitos indeseables”:
- Síndrome del impostor.
- Miedo a vender (o «síndrome del vendehúmos» si lo prefieres).
- Miedo a equivocarse y fracasar.
¿Y nosotros?
Aquí voy a ser sincero contigo: en nuestros inicios Ana tenía las ideas más claras y fue la que me empujó para crear la agencia… porque a mí las piernas me temblaban solo de pensarlo. 😉
Tenía un síndrome del impostor encima como una casa de grande.
Y ojo, que dar ese paso fue difícil para los dos. Pero por suerte, lo acabamos dando.
Ahí está la diferencia.
Un emprendedor no es una persona sin miedo. Es una que acalla esas dudas con mucho trabajo y un ánimo incombustible.
Y sobre todo, que asume algo que ya hemos dicho alguna vez en este blog: equivocarse significa aprender.
👉 4. Siempre estás en busca de nuevos retos
¿Rutina? ¿Eso se come? 😉
La realidad es que cuando estás al frente de tu propio negocio, no hay dos días iguales.
Por ejemplo, supongamos que eres un diseñador web.
Después de haber creado ocho o diez páginas sabes que todavía te queda mucho por aprender, pero tienes la sensación de que lo básico ya lo controlas. Y entonces es cuando te viene un cliente de un sector que no conoces y te rompe los esquemas.
Porque te podemos asegurar que entre diseñar una web para la clínica de un dentista y para una modista freelance, por ponerte un caso, hay un mundo de diferencia.
Así que otra cosa no, pero cuando emprendes no te aburres nunca. 😉
👉 5. Te manejas con la incertidumbre
Todo tiene su lado negativo.
Y cuando acabas de lanzar tu negocio es muy habitual que los meses buenos y los malos se alternen.
En uno estás desbordado de trabajo y al siguiente los clientes parece que han desaparecido de la faz de la tierra (pero la cuota de autónomo y las facturas hay que seguir pagándolas).
O quizá entregas un proyecto convencido de que era tu mejor trabajo, y el cliente te lo echa abajo enterito.
Estas cosas pasan y tienes que estar mentalizado para capearlas… pero no significa que tengas que vivir siempre al borde de un infarto.
La idea es justamente la contraria: encontrar maneras de reducir esos vaivenes y que al menos los meses a cero desaparezcan.
¿Cómo?
Pues por ejemplo, un Optimizer Manager no diseña estrategias de captación online puntuales, sino que en el servicio se incluye un seguimiento y optimización de la estrategia.
Así puede conseguir ingresos fijos mensuales desde el momento en que trabaja con el primer cliente.
👉 6. Quieres ser tú quien toma las decisiones
“Uff si yo fuese el jefe, la de cosas que cambiaría”.
¿Alguna vez has dicho algo parecido en tu trabajo? Pues ahí tienes otro síntoma de que te ha embargado el espíritu del emprendimiento. 😉
Y no es broma.
Precisamente esa idea de “despedir a tu jefe” y tener libertad para decidir es lo que lleva a muchas personas a montar su propio negocio.
Si esa libertad te hace tilín, vas por buen camino.
👉 7. Te gusta aprender de todo
Decíamos antes que emprender significa afrontar un reto detrás de otro.
Y por eso no es casualidad que muchos emprendedores sean también “aprendedores” natos, curiosos por naturaleza. 😉
Lo normal es que siempre estés:
Como ves, la formación no es un paso previo a emprender (aunque sí deberías partir con unos conocimientos mínimos para ofrecer tu servicio) sino un trabajo continuo.
✅ Entonces, qué: ¿tienes espíritu de emprendedor o no?
Ya has visto que la cosa no es como nos la pintaban en las películas. 😉
Si quieres lanzar tu propio negocio, la materia prima es tener mucha ilusión, un ánimo incombustible y muchas, muchas ganas de trabajar duro.
Ahora que… si además de lanzarlo quieres que crezca, también necesitas algo más:
- Un producto o servicio que el público demande y por el que estén dispuestos a pagarte.
- Saber cómo venderte para que te elijan a ti y no a tu competencia.
- Una estrategia sólida para captar a tus primeros clientes y escalar tu negocio.
La ilusión y las ganas las tienes que traer tú de casa. Pero con lo otro sí que podemos echarte una mano.
¿Cómo?
Con el máster para convertirte en Optimizer Manager que impartimos en nuestra escuela.
Aquí no solo te explicamos cómo trabaja un Optimizer Manager (que es un perfil con muchísima demanda, entre otras ventajas), sino que también te damos las bases para crear un negocio y encontrar clientes.
Ahora mismo las inscripciones están cerradas, pero hay otra cosa que puedes hacer.
>>Haz clic aquí e inscríbete en la lista de espera para la próxima edición del máster.<<
Y a emprender se ha dicho. 😉