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Ansiedad.
Malestar general.
Palpitaciones.
Hastío.
Si esto es lo que sientes todas las mañanas cuando suena el despertador para ir a trabajar, tu cuerpo te está enviando una señal muy clara:
Es hora de buscar un nuevo empleo.
Claro, que eso tú ya lo sabes desde hace tiempo… pero también tienes claro que decirlo es más fácil que hacerlo.
Porque la idea de cambiar de trabajo asusta. Y mucho.
Y si además estás pensando en dejarlo para emprender con un negocio propio, el vértigo es doble.
Pero tranquilo, que hemos venido a echarte una mano.
En este post te vamos a dar varias claves para ayudarte a superar tus miedos, cambiar de trabajo con más seguridad y encontrar una forma de ganarte la vida que de verdad te llene.
Y lo que te contaremos aquí sirve igual tanto si pretendes buscar otro empleo por cuenta ajena como si has decidido emprender.
Pero antes vamos a ponerle cara a ese miedo.
Índice de contenidos del artículo:
Prueba a preguntarle a un psicólogo: “Oye, ¿en qué página de tus apuntes se hablaba del miedo a cambiar de trabajo?”.
Te dirá que en ninguna.
Porque esta ansiedad que te provoca la idea de dejar tu empleo no es un “miedo” en sí mismo, sino la consecuencia de otros temores y dudas que arrastras.
Y para vencerlos, lo primero es identificarlos.
Si estás pensando en dejar tu empleo, será por algo.
Porque estás harto de tu jefe, porque lo que haces no te satisface, porque no ves posibilidades de crecer en la empresa en la que estás…
Pero llega el momento de dar el paso y de repente lo ves todo con otro color. 😉
Empiezas a pensar: “A ver, tampoco estoy tan mal aquí. Y con lo bajos que están los sueldos hoy en día no me puedo quejar. Además, el ambiente con los compañeros es muy bueno, eso hay que valorarlo”.
En pocas palabras: te da miedo salir de tu zona de confort.
Porque dejar tu trabajo significa dejar atrás lo que ya conoces y adentrarte en terreno desconocido.
Y hablando de eso…
La otra cara de la moneda.
Salir de tu zona de confort y dejar tu actual empleo implica que deberás enfrentarte a mil dudas:
Estas dudas son totalmente normales y más adelante veremos cómo combatirlas.
Pero antes vamos a ver al último sospechoso de la lista.
Este es un clásico.
El síndrome del impostor es esa vocecita que te dice: “Pero ¿quién te has creído? Tú eres incapaz de hacer eso. ¿No ves que no tienes ni idea? Anda, mejor olvídate”.
Y cuando se combina con el gustillo por la zona de confort y el miedo a la incertidumbre, el desastre está garantizado.
Tenemos el cóctel perfecto para pasarnos el resto de la vida en un trabajo que no nos satisface, pero que es “un malo conocido”.
Claro que eso no es lo que queremos, ¿verdad? 😉
Puede que, mientras ibas leyendo todo lo anterior, estuvieras asintiendo con la cabeza y pensando:
“Sí, tal cual. Eso es justo lo que me pasa”.
Pero por lo demás, ahora mismo estás igual que cuando empezaste a leer el post. Ya tienes más claro el porqué de tus dudas, pero no cómo superarlas.
Vamos a cambiar eso.
Aquí tienes 5 consejos para evitar que tus inseguridades te frenen y encontrar un trabajo que te haga sentir realizado.
Esto es lo primero que debes tener claro: el miedo NO desaparece.
Cambiar de trabajo es algo que asusta, y no se trata de esperar a estar totalmente seguro antes de dar el paso.
Tienes que hacerlo aunque tengas miedo.
Plantarte ante tus dudas y decirles: “No voy a dejar que me sigáis frenando. No sé qué va a pasar, pero tengo claro que la mejor opción es cambiar de trabajo. Y pienso hacerlo”.
No es fácil, lo sabemos.
Pero te vamos a dar algunas herramientas que te ayudarán.
La mejor vacuna frente al apego excesivo a la zona de confort: una dosis de realidad.
Coge un papel y apunta todas esas cosas que detestas de tu trabajo y por las que quieres dejarlo:
Y una vez la tengas, guarda esa lista y tenla siempre a mano.
Cuando te asalten esos pensamientos de “Bueno, tampoco estoy tan mal”, vuelve a leerla y verás como los ahuyentas. 😉
A veces la mejor manera de perderle el miedo a la incertidumbre es hacer justo eso, ponerte en lo peor.
Por ejemplo, digamos que has decidido emprender con un negocio online.
Si al final no te va bien por el motivo que sea, ¿qué es lo peor que podría ocurrir?
Piénsalo con calma y verás cómo, en muchos casos, las consecuencias de equivocarte son mucho más asumibles de lo que te parecen ahora.
Y si realmente puedes verte en problemas (si quieres reinventarte con 40 años teniendo dos hijos y una hipoteca, la cosa es más complicada), este ejercicio te servirá para detectar los obstáculos concretos que te están frenando y buscar soluciones.
Por ejemplo, antes de dejar tu trabajo deberías tener un fondo económico que cubra entre 1 y 2 años de gastos, tiempo más que suficiente para encontrar otro empleo o empezar a generar ingresos como emprendedor.
Ya hemos visto lo peor que podría pasar, pero ¿y lo mejor?
O dicho de otra forma, ¿qué es lo que esperas conseguir al dejar tu actual empleo (lo que solemos llamar “tu porqué”)?
Por ejemplo:
Apunta esa meta y póntela en un lugar donde la veas todos los días. Eso te ayudará a ahuyentar los miedos y mantener la motivación alta.
Toca poner los pies en la tierra.
Y es que tener una meta clara es vital, pero más importante aún es contar con un plan que te lleve desde el punto A hasta el punto B.
Por ejemplo, supongamos que tu objetivo es montar un negocio propio como diseñador web y ofrecer tus servicios desde casa. Desde “Dejo mi trabajo” hasta “Tengo un negocio como diseñador web” hay un abismo.
Uno tan grande que te paraliza.
Por eso lo mejor es dividirlo en pequeños pasos o “minimetas”:
Esto es una simplificación, pero podemos especificar mucho más.
Si tienes cargas familiares o económicas, uno de los pasos sería “Crear un colchón financiero por si tarda en arrancar el negocio”, por ejemplo.
Y si tu idea es seguir trabajando por cuenta ajena, la parte de “Buscar clientes” la cambiamos por “Contactar con otras empresas” para tener un contrato firmado antes de dejar tu empleo.
Cuanto más definido esté tu plan de acción, menos miedo te dará ponerlo en práctica.
Porque recuerda que no se trata de librarte de ellos, sino de evitar que te frenen.
Y eso es mucho más fácil cuando tienes un plan claro que te guíe hacia tu meta y te dé seguridad.
Por cierto, si estás pensando en emprender pero no tienes muy claro en qué, puede que esto te interese.
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Así serás el primero en enterarte cuando lancemos la nueva edición.
Quién sabe, puede que este sea el empujón para cambiar de trabajo que estabas esperando. 😉
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