Cuando tienes un problema en tu trabajo, ¿cómo reaccionas?
- Te frustras y te quejas sin parar.
- Aceptas la situación y buscas posibles soluciones.
Si eres de los segundos: enhorabuena, eres una persona resiliente.
Y si eres de los primeros, la buena noticia es que la resiliencia profesional es una habilidad que se puede trabajar y mejorar.
Para saber cómo hacerlo, reserva 10 minutos de tu tiempo y lee este post, porque te explicamos qué es la resiliencia profesional y te damos consejos para ser una persona cada día más resiliente.
¿Preparado para convertirte en un profesional a prueba de bombas?
Pues allá vamos.
Índice de contenidos del artículo:
✅ ¿Qué es la resiliencia profesional y por qué la necesitas?
Aunque se ha puesto muy de moda hablar de resiliencia en el ámbito laboral, este concepto proviene en realidad de la física.
La resiliencia es la capacidad de un material de volver a su forma original después de ser sometido a una carga que lo deforma (como una goma elástica, por ejemplo).
Aplicado al plano de las habilidades personales tiene más o menos el mismo significado:
La resiliencia es la capacidad de adaptarse a las adversidades e incluso crecer en los momentos complicados.
Pero no hace falta que estés inmerso en una crisis existencial; si eres emprendedor, la resiliencia te va a servir en todo momento:
- Si cometes un error con un proyecto de un cliente.
- Si tus previsiones de crecimiento no se cumplen.
- Si tienes tanto trabajo que la situación te sobrepasa.
En todas estas circunstancias hay dos caminos:
- Puedes frustrarte e instalarte en la queja…
- … o puedes gestionar el problema con serenidad y buscar la forma óptima de solucionarlo.
Lo segundo es lo que hace una persona resiliente.
De hecho, una persona con esta habilidad trata de extraer un aprendizaje de ese problema para evitar, en la medida de lo posible, que se repita en el futuro.
👉 ¿La resiliencia es lo mismo que la resistencia?
Cuidado, porque estos dos términos pueden dar lugar a confusión.
- La resistencia es simplemente soportar las dificultades hasta que pasen.
- La resiliencia consiste en ser capaz de adaptarte a esas dificultades y sacar algo bueno de la situación más complicada.
No estamos hablando de “aguantar el chaparrón” y cuando pase, seguir adelante como antes (esto sería resistir), sino en aceptar la situación, adaptarte y buscar la mejor manera de solucionarla.
✅ 6 consejos para trabajar tu resiliencia profesional (y aprender a convertir las adversidades en oportunidades para crecer)
Ya te lo decíamos al principio: la resiliencia es una habilidad que se puede ir mejorando.
Estos consejos te ayudarán en este proceso.
👉 1. Haz las cosas desde la pasión, no desde la necesidad
Para emprender con éxito, es fundamental que elijas un camino que te llene y te haga vibrar.
Y es que, por muy resiliente que seas, es muy complicado soportar las dificultades cuando tu profesión no te hace sentir realizado (por ejemplo, cuando eliges una idea de negocio solo porque te va a dar dinero, pero que no te atrae en lo personal).
Así que el primer paso para tener resiliencia profesional es hacer algo que te apasiona.
👉 2. No te dejes llevar por las emociones
Imagina que estás a punto de finalizar un proyecto con un cliente.
Has hecho varias rondas de modificaciones que el cliente te pidió y ya te había confirmado que todo estaba como él quería.
Pero entonces, te envía un email pidiéndote un montón de cambios de última hora que te van a suponer muchas horas de trabajo.
En este momento, te invade la ira y la frustración.
Ser resiliente no consiste en reprimir esas emociones, porque es lo más normal y lógico que te sientas así.
Pero lo que debes evitar a toda costa es dejarte llevar por ellas. Por ejemplo, responder a ese cliente justo cuando aún estás enfadado sería un error.
En una situación así, es mejor esperar un poco y, cuando hayas digerido esa emoción, podrás pensar con la cabeza fría cómo gestionar la situación.
👉 3. Céntrate en la solución, no en el problema
Lo que te decíamos antes: es normal que te sientas enfadado, triste o frustrado ante problemas o imprevistos.
Son emociones y no las podemos reprimir.
Pero pasado el momento inicial, no te instales en la queja, porque así no vas a arreglar nada.
Siguiendo con el ejemplo anterior, es fácil pensar cosas como:
- “Sabía que este cliente me traería problemas”.
- “No es justo que me pida aún más cambios”.
- “No sé qué voy a hacer, me entran ganas de mandarlo a freír espárragos”.
Pero si de verdad quieres encontrar una solución, debes:
- Salir de ese bucle.
- Aceptar la situación.
- Enfocarlo de una manera más constructiva y buscar soluciones.
Y ojo, con esto no estamos diciendo que tengas que aceptar con una sonrisa las peticiones del cliente y hacer lo que te pide.
A veces, la resiliencia consiste en buscar un camino alternativo (por ejemplo, negociar con ese cliente una tarifa extra por hacer esos cambios de última hora).
👉 4. Mantén una actitud flexible
Piensa que no todo va a salir como tú quieres.
Hay muchas cosas que están fuera de tu control y eso implica que, a veces, los resultados que consigues no son los que te gustarían.
En estos casos, tienes que saber adaptarte y buscar la mejor manera de seguir adelante.
Por ejemplo, si tenías una idea de negocio en mente, pero la has validado y te has dado cuenta de que no funciona, no te aferres a esa idea, no insistas en sacarla adelante sí o sí.
En lugar de eso, analiza los resultados que has conseguido, adáptala (incluso si no es lo que tú tenías pensado al principio) y vuelve a testarla.
En eso consiste tener una actitud flexible.
Además, para eso también te va a venir bien el siguiente punto.
👉 5. Desarrolla el pensamiento lateral
En muchas ocasiones no te será fácil encontrar una solución a los problemas a los que te enfrentes.
Es entonces cuando tienes que recurrir al pensamiento lateral. Esto es, buscar soluciones creativas más allá de las que ya conoces y perder el miedo a considerar ideas que, de primeras, te puedan parecer absurdas.
Te ponemos un ejemplo.
Imagina que un cliente te rechaza un presupuesto porque es demasiado alto.
¿Qué harías en una situación así?
Lo más normal sería que te resignaras y asumieras que ese proyecto no saldrá adelante. Pero también puedes tratar de pensar “fuera de la caja” para encontrar soluciones que os convengan a los dos.
Por ejemplo, puedes darle la opción de que te pague a plazos.
O incluso puedes ofrecerle un servicio más básico pero que se adapte mejor a su presupuesto.
Esto es solo un ejemplo, pero si aplicas el pensamiento lateral puedes encontrar muchísimas soluciones a cualquier problema que tengas en tu negocio.
👉 6. Conócete cada día mejor
Ser resiliente es un proceso continuo de mejora.
Y para lograr eso, debes ser capaz de identificar tus propias fortalezas (y aprovecharlas) y tus debilidades (y trabajarlas).
¿Qué ejercicios puedes hacer para lograrlo?
Pues por ejemplo:
- Analiza qué pasa por tu cabeza cuando cometes un error: piensa cuál es tu primera reacción, qué sientes, cómo lo comunicas a los demás afectados y qué proceso sigues para buscar una solución.
- Escribe un diario: esto te va a ayudar a distanciarte de tus emociones, identificar cómo te sientes y poner en orden tus pensamientos, para que así esas emociones no te controlen.
- Celebra tus progresos: es importante reflexionar sobre cómo puedes mejorar aquello que no va bien en tu negocio, pero también es crucial que dediques tiempo a pensar en todos los logros que has conseguido y que te premies por ellos, porque eso te va a ayudar a seguir adelante y mantener alta la motivación.
Ante todo, ten en cuenta que esto es un proceso a largo plazo. Convertirte en una persona resiliente es un trabajo que lleva tiempo y esfuerzo… pero la recompensa lo merece. 😉
✅ ¿Y si el problema no es tu resiliencia… sino tu trabajo?
El primer consejo que te dimos es que tienes que hacer las cosas con pasión.
Y es que a veces lo que ocurre no es que seas poco resiliente, sino que tu trabajo no te llena.
En una situación así, la verdadera resiliencia consiste en ser capaz de salir de tu zona de confort y buscar un nuevo camino profesional que de verdad te apasione.
Este es el caso de muchos de nuestros alumnos, que antes de convertirse en Optimizer Managers no sabían nada de SEO ni de estrategias online.
Pero tuvieron el valor de lanzarse y formarse como Optimizer Managers, y ahora tienen sus propios negocios y clientes.
¿Y si tu camino también pasa por ahí?
Para averiguarlo, solo tienes que apuntarte a nuestro training 100 % gratuito, la Semana #GánateLaVidaConGoogle.
En él te explicamos qué hace exactamente un Optimizer Manager y todas las ventajas que tiene esta profesión para emprender.
Apúntate a la lista de espera y te avisaremos en cuanto abramos plazas.
¡Te esperamos dentro!