Estás vacío.
Sin fuerzas. Sin motivación. Sin energías ni ilusión por nada en la vida.
Y no es algo puntual; de hecho, te cuesta recordar cuándo fue la última vez que saliste de la cama sin soltar un suspiro de resignación.
Porque la simple idea de levantarte para ir a trabajar te resulta tan pesada que solo tienes ganas de volver a enterrarte bajo las sábanas.
Sabemos lo que es eso. Y sabemos también que vivir así, en esa constante apatía, no es nada sencillo.
Por eso este post.
Aquí te vamos a dar las claves para cambiar tu situación y convertir ese “No tengo ilusión por nada” en “Ahora sé cómo tomar el timón de mi vida y recuperar las ganas”.
¿Imposible?
Vamos a demostrarte que no lo es.
Índice de contenidos del artículo:
✅ ¿Por qué no tienes ilusión por nada? Estos son los motivos más habituales
Avanzar a ciegas no sirve de nada.
Para salir de ese estado de desánimo en el que estás inmerso ahora mismo, primero necesitas entender por qué te sientes así.
Por ejemplo, puede que lo que te ocurra es que…
👉 1. No te sientes realizado profesionalmente
Pasamos unas 8 horas al día trabajando. Eso son 40 horas semanales, 160 mensuales… En definitiva, gran parte de nuestra vida.
Por eso, cuando ese trabajo ya no te motiva, es lógico que te sientas infeliz.
Hay muchos motivos que pueden llevarte a esta situación, pero algunos de los más comunes son que:
- No te sientes valorado: solo eres “uno más”. Un número. Tus superiores no se acuerdan de ti salvo para soltarte una bronca cuando cometes un error, pero jamás te felicitan por tus logros y tus aciertos.
- Hay mal ambiente laboral: tal vez tu jefe es un tirano; o quizás son tus compañeros los que te hacen la vida imposible. En cualquier caso, el día a día en tu puesto de trabajo se ha vuelto tan tóxico que solo tienes ganas de salir corriendo.
- Lo que haces no te llena: a veces el problema no está fuera, sino dentro de ti. Puede que ese empleo que alguna vez te ilusionó ahora se haya convertido en una actividad monótona, que no te ofrece ningún aliciente ni motivación.
- Los valores de tu empresa no concuerdan con los tuyos: por ejemplo, quizá para ti el respeto al medioambiente es fundamental, pero tu empresa no aplica ninguna medida en este sentido. Eso hace que te sientas mal (incluso culpable).
Esa sensación de estar “encadenado” a un empleo que detestas cada vez se vuelve más insoportable… y hace que poco a poco vayas perdiendo la ilusión por todo.
👉 2. No tienes tiempo para ti
Este es otro problema común.
Cuando trabajas tantas horas que no te queda tiempo libre para:
- Tus aficiones.
- Tu pareja.
- Tus amigos.
- Tu familia.
En definitiva, cuando tienes la sensación de que “vives para trabajar”, eso también puede hacer que te sientas desmotivado.
👉 3. Sufres mucho estrés
En todos los trabajos hay periodos de más estrés; el problema viene cuando dejan de ser “momentos puntuales” y se convierten en algo continuo.
Quizá es que siempre estás sobrecargado y a punto de reventar, o que tu jefe no para de presionarte…
A la larga, ese estrés puede acabar convirtiéndose en ansiedad, e incluso derivar en una depresión. No es algo a tomarse a broma.
👉 4. Das por hecho que no puedes cambiar nada
Llevas tanto tiempo atrapado en esa situación que simplemente te has resignado.
Asumes que las cosas son así, que la mayoría de la gente también va a trabajar sin ganas y no se quejan… pero eso no lo vuelve más llevadero.
Con el tiempo, esa sensación de no tener control sobre tu vida hace que te sumas en una profunda apatía.
✅ Ya sabes por qué has perdido la ilusión: ahora veamos cómo recuperarla
Ten una cosa clara: incluso si ahora mismo lo ves todo negro, sigues teniendo la capacidad de cambiar tu situación y volver a sentirte realizado.
Pero para eso solo hay un camino:
- Entender qué es lo que está fallando en tu vida.
- Marcarte un objetivo.
- Empezar a moverte para alcanzarlo.
El primer paso ya lo hemos dado. Ahora veamos cómo poner en práctica los dos siguientes.
👉 1. Piensa qué podrías hacer para cambiar tu situación
Puede que el motivo por el que has perdido la ilusión sea uno de los que vimos más arriba, o quizá sea otro totalmente distinto.
No importa.
Lo importante es que tengas claro cuál es la raíz de esa apatía que sientes ahora mismo. A partir de ahí, se trata de pensar cómo podrías darle la vuelta a tu situación vital.
Por ejemplo:
- Si tu trabajo te deja poco tiempo para estar con tu familia: debes buscar uno que te dé más libertad (por ejemplo, uno que te permita trabajar desde casa).
- Si estás harto de que tu jefe te diga qué debes hacer: quizá lo que te ocurre es que te ha picado el gusanillo por emprender tu propio negocio.
- Si lo que haces ya no te llena o no concuerda con tus valores: entonces quizás necesitas buscar una nueva vocación laboral.
Puede que ahora lo veas irrealizable, y que buscar otro trabajo o incluso reinventarte y cambiar de profesión te parezca imposible. Pero te aseguramos que no lo es… y al final del post vamos a darte varias pruebas. 😉
Mientras tanto, el siguiente punto te va a ayudar mucho a convertir esa “meta imposible” en un objetivo real y alcanzable.
👉 2. Divide tu gran propósito en pequeños hitos
¿Sabes eso de: “Un viaje de mil millas comienza con un solo paso”?
Pues esa es la idea.
Si piensas: “Para recuperar la ilusión tengo que emprender mi propio negocio”, te agobias. Es un objetivo tan enorme y tan lejano que te desmotivas.
En lugar de eso, tienes que pensar en cuál es el paso más pequeño que podrías dar hoy mismo para acercarte a ese propósito.
Por ejemplo:
- Primero, voy a hacer una lista de mis cualidades, mis aficiones y temas que me llaman la atención.
- Luego, voy a investigar sobre profesiones relacionadas con eso y que tengan futuro.
- De todas las que encuentre, apuntaré las 5 o 10 que me llamen más la atención e investigaré más a fondo (para saber en qué consisten, los pros y contras, etc.).
- Me crearé una web muy simple para vender mis servicios profesionales.
- Correré la voz entre mis amigos y conocidos, y también en redes sociales, para buscar a algunas personas a las que les pueda interesar mi servicio. Así podré validar la idea.
- Si veo que hay suficiente gente interesada, empezaré a buscar clientes. Mientras tanto seguiré en mi trabajo para tener una seguridad económica.
- Una vez vea que la cosa va bien, dejaré mi trabajo y me dedicaré al 100 % a mi proyecto.
Lo bueno de este sistema es que te ayuda a sentir que avanzas. A medida que vas cumpliendo cada uno de los objetivos que te has marcado (por pequeños que sean), tu motivación crece más y más. Y eso te empuja a seguir caminando.
👉 3. Apóyate en tu entorno cercano
Un último consejo.
Es muy probable que en tu camino para recuperar la ilusión te topes con varios baches. Sobre todo si se trata de un proceso largo y/o que implica dar un gran salto (como podría ser dejar tu trabajo y emprender un negocio).
En estos momentos, es fundamental contar con una red de seguridad que te apoye. Familiares, amigos y conocidos que sabes que van a estar ahí para acompañarte y sujetarte cuando tropieces.
Muchas veces, algo tan “simple” como tener a tu lado a una persona que te escucha sin juzgarte es clave para superar los momentos difíciles.
Y atenta a lo que te vamos a contar a continuación porque te permitirá tener siempre a tu lado el apoyo que necesitas para seguir hacia delante..
✅ Si todavía no has encontrado un camino profesional que te devuelva la motivación… este puede ser tu siguiente paso
Recuerda lo que te decíamos antes: incluso si ahora mismo te parece imposible cambiar tu situación y volver a sentirte pleno, lo más importante es que te pongas en movimiento.
Que hayas leído este post ya es un buen primer paso; ahora toca seguir avanzando.
Por ejemplo: si en tu caso sientes que necesitas buscar una nueva vocación pero aún no has encontrado la tuya, una buena opción puede ser lo que te vamos a comentar ahora.
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