Primera hora de la mañana.
Te sientas a la mesa y enciendes el ordenador para empezar a trabajar. Revisas las tareas que tienes pendientes para ese día.
Y ya empiezas a notar la ansiedad.
- Tienes ese proyecto con el que llevas un par de días atascado… pero mejor te pones con él a media mañana, que estarás más espabilado.
- También está ese encargo que te pidió tu jefe hace unos días y que aún ni has empezado. Eso para después de comer, quizá…
- ¡Ah! Y tienes que responder un par de emails importantes, pero la verdad es que tampoco te apetece nada empezar con ellos.
Al final te pones con otras tareas más sencillas y rápidas de terminar, por ir haciendo algo. De las complicadas ya se encargará tu “yo” del futuro…
Y así las seguiste procrastinando y procrastinando, hasta que llegó la fecha límite y tuviste que hacerlas todas deprisa y corriendo. 😄
Te ha pasado un millón de veces, ¿verdad?
Claro, por eso estás aquí, buscando maneras de dejar de procrastinar en tu trabajo.
Pues eso es justo lo que te vamos a ofrecer en este post: varias estrategias para no caer en esa tentación y ser más productivo.
Pero empecemos por el principio…
Índice de contenidos del artículo:
✅ [No consigo dejar de procrastinar] ¿Por qué te cuesta tanto concentrarte en el trabajo?
Hay una frase muy famosa del filósofo chino Sun Tzu que dice: “Conoce a tu enemigo, conócete a ti mismo y saldrás triunfador en mil batallas”.
Y eso es lo que vamos a hacer: entender qué es la procrastinación y por qué te ocurre.
👉 1. ¿Qué es la procrastinación?
Procrastinar significa posponer tareas que debes hacer, ya sea:
- Dándole prioridad a otras que son menos importantes (pero más sencillas).
- Distrayéndote (ya sabes, como cuando estás trabajando en casa y de pronto te entran unas ganas tremendas de barrer el suelo y poner la lavadora). 😉
Y es importante que tengas una cosa clara:
- Procrastinar NO significa ser perezoso.
- Ni poco profesional.
- Ni tener falta de disciplina.
No.
La procrastinación es un estado emocional. Es un mecanismo de huida para no enfrentarnos a tareas que nos generan sensaciones negativas (miedo, estrés, ansiedad…).
Y para vencer esta necesidad de huir, debes entender por qué se produce.
👉 2. Las razones más habituales por las que procrastinas
Puede haber muchos motivos que te lleven a posponer tareas importantes (incluso sabiendo que luego eso te perjudicará).
Pero entre las principales tenemos:
➡️ A. Sientes miedo al fracaso
Estás haciendo un trabajo que se sale de tu zona de confort, y eso te asusta.
El miedo a cometer un error te lleva a posponerlo y dejarlo para más adelante (aunque sabes que eso solo empeorará las cosas, porque tendrás menos tiempo y el riesgo de equivocarte aumentará todavía más).
Muchas veces, este miedo al fracaso está ligado a un excesivo perfeccionismo.
➡️ B. Estás sobrecargado
Intenta abrir 5 o 6 programas en el ordenador al mismo tiempo. ¿Qué ocurre?
Pues (salvo que tu ordenador tenga la potencia de un reactor nuclear) lo más probable es que se quede congelado y no puedas hacer nada durante unos segundos. Incluso podría llegar a bloquearse por completo.
A las personas nos ocurre lo mismo.
Cuando tenemos una carga de trabajo muy alta, nos resulta difícil gestionarla y nos estresamos.
Y nuestra respuesta a esa ansiedad es procrastinar (nos ponemos con tareas más simples para tener la sensación de que estamos avanzando; o directamente nos distraemos).
Y de nuevo, eso solo hace que el problema crezca y crezca…
➡️ C. Tienes metas a muy largo plazo
Cuando trabajas en proyectos a largo plazo (a semanas o meses vista), es fácil que acabes perdiendo la motivación, porque tardas mucho en ver los frutos de tu esfuerzo.
Recuerda: esto no es un problema de falta de disciplina.
Todos necesitamos sentir que nuestro trabajo se traduce en resultados concretos.
➡️ D. No te sientes a gusto en tu trabajo
¿Qué pasa cuando…?
- Haces todos los días un trabajo que te aburre.
- Tienes tanta carga de tareas que el estrés te sobrepasa.
- No sientes que tus superiores valoren tu esfuerzo.
Así día tras día, durante meses o años.
Pues el resultado es el esperable: que llega un punto en el que pierdes las ganas y la motivación. Y eso hace que cada vez te cueste más ponerte a trabajar y que empieces a posponer las tareas más complicadas o tediosas.
Porque sí: a veces, la procrastinación es una señal de que tu profesión ya no te hace feliz (¿quién no se sentiría tentado a huir de una situación así?).
✅ 5 estrategias para evitar la procrastinación
Procrastinar hace que te sientas bien a corto plazo… pero sabiendo que luego pagarás las consecuencias (tendrás menos tiempo para afrontar esas tareas que has ido posponiendo, te estresarás, cometerás más errores…).
Por eso no es un problema que puedas ignorar.
Te damos algunos consejos para afrontarlo.
👉 1. Márcate objetivos a corto plazo
Te decíamos antes que trabajar con tareas a muy largo plazo puede hacer que tu motivación decaiga con el tiempo.
¿Cuál es la solución más sencilla?
Fácil: dividir ese gran proyecto en pasos más pequeños y establecer una fecha límite para cada uno.
De esta manera:
- Tienes mayor sensación de progreso: porque vas cumpliendo esas “mini-metas” y ves cómo tu trabajo va dando frutos.
- Te organizas mejor: cuando tienes semanas o meses por delante para realizar un proyecto, es muy fácil que te confíes y acabes posponiendo esa tarea… hasta que un día te das cuenta de que la fecha límite se acerca y tú todavía ni has empezado. Esto no ocurre si tienes un plan de trabajo dividido en fases, porque así tienes una idea más realista de cuánto tiempo necesitas para completar todo el proyecto.
Además, hay veces que abordar una tarea demasiado grande nos agobia. Al dividirla en pequeñas metas, eso hace que nos resulte más manejable.
👉 2. Rétate con unos plazos de entrega más ajustados
¿Te suena la Ley de Parkinson?
Esta ley dice que: “El trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”.
Así:
- Si te dan dos semanas para hacer una tarea, te llevará dos semanas enteras.
- Pero si te dan solo 5 días, serás capaz de completarla en ese plazo.
Ojo, siempre hay un límite (habrá trabajos para los que necesitarás una o más semanas, por muy productivo que seas).
Pero la idea es esta: cuando tienes más tiempo del estrictamente necesario para completar ese trabajo, te relajas y acabas procrastinando.
Una forma de solucionar este problema es imponerte a ti mismo fechas de entrega ajustadas. Fechas que seas capaz de cumplir sin estresarte, pero que te obligarán a esforzarte un poco.
A veces, esa pizca de “presión autoimpuesta” te ayuda a motivarte y superar la procrastinación.
👉 3. Haz primero las tareas que menos te apetezcan
Esta estrategia es más difícil de poner en práctica, pero muy efectiva.
Si tienes por delante un trabajo complicado y que no te apetece nada hacer, ¡no caigas en la tentación de dejarlo para luego! Póntelo como la primera tarea del día.
Así, una vez la hayas terminado, te quedarás mucho más tranquilo. Y el resto de la jornada podrás afrontar otros trabajos más sencillos y menos demandantes.
👉 4. Recompénsate por tu esfuerzo
Otra buena opción es darte pequeños premios cuando completas una tarea que no te apetecía.
Por ejemplo:
- Tómate una onza de chocolate o algún dulce (con moderación). 😉
- Levántate y estira las piernas.
- Charla con un compañero y desconecta diez minutos.
- Entra un rato en redes sociales (si tu empresa te lo permite).
En resumen, haz algo que te apetezca y que, a ser posible, no tenga nada que ver con el trabajo.
Estas pequeñas recompensas harán que te cueste menos afrontar las tareas difíciles, porque sabrás que al final del camino habrá un premio esperándote.
👉 5. Diseña estrategias para recuperar la concentración
Con el tiempo, la procrastinación se acaba convirtiendo en un automatismo.
Empiezas a distraerte, la cabeza se te va… y para cuando quieres darte cuenta, llevas 5 minutos perdiendo el tiempo en Instagram.
Para estos casos, es bueno que tengas un “protocolo de respuesta” y lo apliques siempre que te sorprendas a ti mismo procrastinando.
Por ejemplo:
- Párate unos segundos y deja de hacer scroll.
- Cierra Instagram.
- Inspira y espira 5 veces seguidas.
- Vuelve a la tarea que estabas haciendo.
Esta rutina tan sencilla te sirve para apagar el modo automático y volver a centrarte en el trabajo que tienes por delante.
✅ ¿Y si el motivo por el que procrastinas es que no eres feliz en tu trabajo?
Estamos seguros de que estos consejos para no procrastinar te ayudarán a ser más productivo.
Pero cuidado con confundir el síntoma con la enfermedad.
Como te decíamos antes, hay veces que la procrastinación es una señal de que algo en tu trabajo está fallando y ya no te motiva como antes.
- Quizá es que las condiciones son injustas.
- O que estás ahogado por la monotonía y sientes la necesidad de enfrentarte a nuevos retos.
- O que tu profesión ha dejado de ilusionarte y te hace falta buscar otro camino.
En esos casos tienes dos opciones:
- La primera es resignarte, tratar de ignorar esa desilusión que sientes y seguir haciendo tu trabajo.
- Y la segunda es tomar las riendas de tu vida y buscar una profesión que de verdad te haga feliz.
No sabemos tú, pero a nosotros la segunda nos parece mucho más apetecible. 😉
Si piensas como nosotros, tienes nuestro curso 100 % gratuito de reinvención para ayudarte.
Una formación que hemos creado pensando en aquellas personas que se sienten insatisfechas con su profesión y que quieren buscar otro camino. Uno que las haga sentir realizadas.
En ella te explicamos el proceso para:
- Encontrar tu verdadera pasión.
- Identificar los miedos que podrían frenarte (y vencerlos).
- Establecer un plan que te permita reinventarte con seguridad.
Además, en colaboración con María Fernández y Vanessa Carrera (dos famosas coaches) hemos planteado varios ejercicios que te ayudarán a poner en práctica las lecciones.
>> Entra en este enlace para acceder al curso gratuito.
Y no sigas posponiendo el momento de reinventarte. 😉