Un negocio es un organismo vivo. Una “criatura” que está siempre en movimiento y buscando nuevas formas de crecer.
Y los objetivos son como una brújula que le marcan el camino a seguir.
Pero ¿sabes qué?
Que marcarse objetivos de negocio también es una de las tareas más difíciles para la mayoría de los emprendedores. En concreto, lo que les cuesta es establecer objetivos relevantes (la mayoría se queda en ideas vagas como “Quiero vender más” o “Voy a lanzar un curso online”).
Si a ti también te pasa, este post te interesa. Y es que aquí te vamos a explicar:
- Qué son los objetivos de negocio y qué función cumplen.
- Los tipos que existen (con ejemplos).
- Varias claves para establecer objetivos relevantes.
¡Vamos a por ello!
Índice de contenidos del artículo:
✅ Qué son y por qué son importantes los objetivos de negocio
Los objetivos son metas estratégicas que pretendes alcanzar en un periodo específico.
Y como te decíamos, son una guía que te ayuda a avanzar en la dirección correcta con tu negocio, porque te permiten:
- Definir las acciones a aplicar en cada momento dentro de la estrategia global del negocio.
- Analizar el progreso de la estrategia e ir aplicando mejoras según sea necesario.
- Identificar oportunidades que te permitan seguir creciendo.
- Focalizar y tener claras en todo momento tus prioridades.
Sin unos objetivos bien definidos, corres el riesgo de ir a ciegas y de intentar abarcar más de lo que puedes controlar. Y eso hará que te sea mucho más complicado hacer realidad tus metas.
✅ Los distintos tipos de objetivos de negocio que existen (y qué función cumplen dentro de la estrategia)
Dentro de tu plan de negocio, lo ideal es que incluyas objetivos con diferentes horizontes temporales: a corto, mediano y largo plazo.
Los analizamos por separado.
👉 1. A largo plazo
Muchos emprendedores tienen una visión demasiado cortoplacista.
Se centran en los resultados inmediatos y se olvidan de marcarse metas a más largo plazo. Hablamos de metas que esperas cumplir en un plazo de entre 5 y 10 años.
Y sí, sabemos que parece demasiado (sobre todo teniendo en cuenta cuánto puede variar la situación de una empresa de un año para otro).
Pero es importante que hagas este ejercicio y pienses: “¿Dónde me gustaría que estuviera mi negocio dentro de 10 años? ¿Qué me gustaría haber conseguido para entonces?”.
Esto te ayudará a tener una visión más amplia y a establecer metas más ambiciosas.
Por ejemplo, si eres Optimizer Manager, uno de tus objetivos a largo plazo podría ser: “Dirigir mi propia agencia y poder ofrecerles a mis clientes un servicio integral, que toque todos los palos de su estrategia de marketing”.
👉 2. A medio plazo
Bajamos ahora a un periodo de tiempo más cercano.
Los objetivos a medio plazo son aquellos que pretendes cumplir en un periodo de hasta 3 años aproximadamente.
Siguiendo con el ejemplo de antes, si tu propósito a largo plazo es tener una agencia de marketing, a medio plazo deberías marcarte diferentes objetivos que te permitan acercarte a esa meta.
Así, puedes tener:
- Un objetivo a 3 años vista: contar con un equipo de 3 personas.
- Otro a 1 año vista: aumentar la facturación un 10 %.
Y por último, tenemos…
👉 3. A corto plazo
Los objetivos a corto plazo son más inmediatos y específicos, y suelen fijarse para un plazo máximo de 3-6 meses. Son el paso más pequeño que puedes dar con tu negocio ahora mismo para alcanzar tus metas a medio y largo plazo.
En este caso, tu objetivo inmediato podría ser: “Aumentar las llamadas de venta un 10 % en los próximos 6 meses”.
✅ Cómo plantear de forma correcta tus objetivos
Ya has visto por qué es tan importante que establezcas diferentes metas para tu negocio y los tipos que existen.
Ahora vamos a darte algunos consejos para plantearlas de la manera correcta.
👉 1. Ten claro el objetivo que estás abordando
No es lo mismo establecer un objetivo a largo o a corto plazo.
- Los primeros son más generales. Son líneas a seguir que determinan hacia dónde quieres que evolucione tu negocio en el futuro, y que están más ligados a la misión y visión de tu empresa.
- En cambio, un objetivo a corto plazo es mucho más “accionable”. Es una meta que esperas alcanzar en un periodo de tiempo muy breve.
Por eso, cuando te marcas un objetivo a corto plazo, no solo basta con saber qué quieres conseguir. También debes establecer la estrategia concreta que te permita alcanzarlo.
Por ejemplo, si tu objetivo a corto plazo era “Cerrar un 10 % más de llamadas de venta en 6 meses”, tienes que saber cómo vas a conseguirlo. ¿Qué acciones concretas pondrás en marcha para captar más leads y cerrar esas llamadas? ¿Qué canales de captación utilizarás?
👉 2. Los objetivos a largo nos traen los objetivos a corto
A la hora de determinar las metas de tu negocio, lo ideal es ir de lo general a lo específico.
Empieza por definir qué quieres lograr en el largo plazo, y luego recorre el camino hacia atrás y piensa qué pasos tendrás que dar en los siguientes años para llegar hasta ahí.
Si te fijas, así es como fuimos definiendo los diferentes objetivos en el ejemplo que te pusimos antes:
- Tu propósito de cara a 10 años es crear una agencia.
- Para eso, en 3 años deberías contar al menos con un equipo de 3 personas (por ejemplo, un experto en SEO, otro que haga contenidos y un social media manager). Eso te va a permitir ampliar tus servicios y empezar a posicionarte como agencia.
- Para contratar personal, de aquí a un año necesitarías aumentar tu facturación en un 10 %, para así generar más ingresos con los que poder pagar sus sueldos.
- Y para eso necesitas conseguir nuevos clientes, lo que implica cerrar más llamadas de venta de aquí a 6 meses.
¿Ves cómo cada vez somos más concretos?
👉 3. Haz tus metas “inteligentes” (con la regla S.M.A.R.T.)
Hay muchos sistemas que te facilitan la tarea de definir tus objetivos.
Pero uno de los más conocidos es el método S.M.A.R.T., según el cual tus objetivos deberían ser:
- Específicos (Specific): debe ser conciso y directo. “Vender más” no sería un objetivo específico, pero “Aumentar la facturación un 10 % en un año”, sí.
- Medibles (Measurable): debes poder medirlo, para así hacer un seguimiento y ver si vas por buen camino o necesitas cambiar de estrategia.
- Alcanzables (Achievable): te decíamos antes que debes ser ambicioso, pero al mismo tiempo tus objetivos deben ser realistas (si no, te acabarás frustrando).
- Relevantes (Relevant): tu objetivo a 6 meses debe ayudarte a alcanzar el que te has marcado para dentro de un año, y así sucesivamente.
- Limitados en el Tiempo (Time-Oriented): tiene que estar acotado en un rango de tiempo concreto, para que no se alargue indefinidamente.
Esta regla se puede aplicar a todos los tipos de objetivos.
Sin embargo, cuanto más corto es el horizonte temporal, más importante es hacerlos específicos (mientras que los objetivos a largo plazo, como te decíamos, son líneas más generales).
👉 4. Establece indicadores para medir tus avances
Fíjate que uno de los puntos que marca la regla S.M.A.R.T. para establecer un buen objetivo es que este sea medible.
Es decir, que puedas asociarle un indicador numérico específico (una cifra concreta o un porcentaje).
Eso te va a permitir:
- Determinar si lo has alcanzado: imagina que tu meta fuera simplemente “Hacer crecer mi negocio”. Vale, pero ¿qué significa eso? ¿Cómo vas a medir ese crecimiento? ¿Por tu volumen de facturación? ¿Por el número de clientes referidos que te llegan? ¿Por las menciones que tienes en redes sociales? ¿Y cuántas ventas/clientes/menciones deberías conseguir para decir que la has cumplido?
- Medir tu progreso y adaptar la estrategia: ahora supongamos que quieres “Aumentar tus ventas en un 10 % de aquí a un año”, pero al cabo de 6 meses solo has conseguido un 2 % más. Como ves que todavía estás demasiado lejos de tu objetivo, revisas tu estrategia y aplicas mejoras para tratar de aumentar la conversión.
Como se suele decir: lo que no se mide, no se puede mejorar. 😉
✅ Ya sabes cómo marcarte objetivos de negocios que te ayuden a alcanzar tus metas
Tener unos objetivos claros y bien definidos es una pieza clave del éxito.
Y esto se aplica a cualquier meta que tengas; incluso si se trata de una meta personal.
Por ejemplo, si tu propósito es reinventarte y encontrar una nueva profesión que te llene (quizá incluso emprender), conseguirlo te será mucho más sencillo si tienes una hoja de ruta y unos objetivos adecuados.
Con eso podemos ayudarte nosotros.
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